Vivo.
Convivo.
Desvivo.
Desvisto.
Amores ajenos, lejanos, distintos. Que no son míos, ni serán.
Amores prestados
por una hora,
por un día,
por una semana.
Que me marcan el corazón en pequeñas partículas,
que se van
abonando,
ahondando,
amontonando,
en pequeñas alegrías y pequeñas tristezas.
Las asumo todas
por esas horas prestadas
(y devueltas)
son los réditos de esos préstamos.
Hoy alguien me hace feliz,
hasta donde alcance la alegría,
hasta donde alcancen las sábanas.
Pero hay ocasiones en que la alegría dura un poco más,
Y las sabanas resultan un poco más grande de lo que pensamos.
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