FLOR & FAUNO
La
coloración de la piel,
parece esporulaciones orgásmicas en tiempos
de expresiones.
Allende,
a los rituales noctívagos, donde alargas su estadía
a instantes completos.
Después.
Pasas
a medir con la mirada, el horizonte de la mente
y de las entrañas.
Pero
lo haces, cada vez que las flores deshojan
sus sépalos lácteos.
Y
es allí
el fauno de tus costumbres.
A veces
sensoriales, sin menos abandono que los sentires
y más iluminación que los colores
en la carne.
Y
otras veces,
transcribiendo los espacios, donde te insertas
al paisaje pianissimo de la desnudez.
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