jueves, 31 de agosto de 2017

muriendo de amor y con personas equivocadas

Él se moría por volver a rozar sus dulces labios, por volverla abrazar nuevamente, o por lo menos poder dirigirle una palabra, pero no podía, estaba condenado por toda su eternidad a vivir así, no había vuelta atrás, tal vez el destino así lo quería, o tal vez él así lo había decidido.


Ambos muriendo de amor y con personas equivocadas a sus lados, solo les quedaba una salida, y era la única, olvidarse, no recordar más, tratar de ser feliz sin mirar el pasado, ignorándose día a día, y tratándose como dos desconocidos, viendo como su amiga lo hacía Feliz a él y como a ella la hacía Feliz otro joven. Ese era su destino y no quedaba nada más que aceptarlo.

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