Por otro lado se encuentra
Fred, un amigo de la universidad que no tiene mucho tiempo de conocerlo, pero a
pesar de eso ha logrado cautivarme, las acciones que realiza no son solo de un
amigo, se toma molestias que no debería, por ejemplo regalarme rosas de mi
color favorito, dejarme pequeñas notas en mi asiento de la universidad,
acompañarme a tomar mi transporte para poder llegar a casa, me llama a todas horas:
mañana, tarde y noche; mensajes a todas horas, siempre pregunta como estoy,
como me encuentro, que más podría pedir,
puede que no sea el chico perfecto, pero si lo que muchas les gustaría tener,
tristemente no puedo verlo más que un amigo, mi cariño hacia él es grandísimo
pero no más. ¡Tonta, tonta, tonta! Vuelvo a repetirme acompañado de unos golpes
sobre mi cabeza, ¡Piensa, Fred es para ti! ¡Dios que hago, mándame una señal!.
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